“Casos de violencia extrema generalmente están asociados a esta situación de personas que tienen algún padecimiento psiquiátrico -sobre todo- que amerita otro tipo de atención”, aclaró el psicoterapeuta.
Gendes ofrece cursos -y capacitó a miembros del Centro para la erradicación de Conductas violentas (Cecovim)- para reeducar a los hombres que están en crisis porque actuaron violentamente en contra de una mujer y quieren cambiar; pero antes hace una evaluación para descubrir si hay adicciones o enfermedades mentales que afectan el comportamiento.
“Si soy un hombre, digamos, común, con neurosis relativamente normales, entre comillas, pero que me reconozco como un hombre que crecí con los preceptos machistas, y desde ahí socializo, y desde ahí vivo y llevo mis relaciones, por su puesto que puedo cambiar”, ejemplificó Vargas Urías.
Recalcó que al desactivar la violencia, los hombres reciben, entre otras cosas, la libertad de abrirse emocionalmente y dejar de ocultar la tristeza o el miedo detrás del enojo.